En uno de sus últimos poemas, la escritora
nacional Georgina Bielinsky dijo: “Santa Brígida no existe/ yo estuve allí”, sin
lugar a dudas algo que resume el sentir de una tierra perdida como ésta. Un
país que no figura en el mapa, un país sin representación en la ONU. Somos un
país del que se han dicho pocas cosas allá afuera, todas injurias y blasfemias.
Han llamado ignorantes a nuestros científicos, feas a nuestras modelos, se han reído
de todos y cada uno de los sistemas político-económicos que ha tenido este
país. Somos el hazmerreír de Latinoamérica, lo más bajo de lo bajo. Tenemos
ciudadanos que llegan a Santa Brígida escapando de la guerra y pasado un par de
semanas deciden que quieren volver. Esta patria ha sido construida por
inmigrantes, por cobardes, mafiosos, delincuentes, personas que huyen. Pero
estamos bien con eso, es una situación que aceptamos y abrazamos como nación,
es nuestra identidad. Lo que nos duele es la negación. Cuando oímos a alguien
decir que es imposible que un país se encuentre en la frontera de Chile y
Argentina central y al mismo tiempo sea un país costero. Nos duele mirar como
desaparece la puesta de sol y pensar que hay gente que no cree que exista, que
hay gente que nunca la va a ver. Nos duele la ignorancia, nos duele el olvido.
Es por eso que a partir de ahora, en “La Letra Muda” hemos decido
publicar la revista simultáneamente en Internet, para recordarle al mundo que
existimos, para recordarle al mundo que estamos vivos.
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