Crítica Cinematográfica: “Verano de amor y bestias” (Billy Brown).

Basado en el libro homónimo de Jessica Cariz, “Verano de amor y bestias” nos cuenta la historia de Karina, una chica especial que, obligada por sus padres, sale de vacaciones al recóndito pueblo de Ferisia ubicado cerca del bosque. A pesar de haber preferido quedarse en casa, Karina rápidamente cambia de opinión al conocer al misterioso y atractivo Roberto, un joven distinto a los demás que esconde un secreto… al caer la noche se convierte en un hombre lobo, en oposición al día donde es simplemente un vampiro. Los domingos, por otro lado se transforma en un perturbado contador auditor de mediana edad que reclama ser la verdadera personalidad. Es así como Karina se ve involucrada en este triángulo… rectángulo amoroso donde deberá hacer todo lo posible por salir adelante y dejar que el amor triunfe a toda costa.
Lleva una semana de estreno y ya ha arrasado con la taquilla, gracias a su popularidad entre las adolescentes y madres divorciadas. Tanto ha sido su éxito que su director, Billy Brown ya está filmando la secuela “Otoño de amor y bestias”, a pesar de que el libro aun no está terminado.